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Chile de nuevo

Nos las prometíamos muy felices pensando ya en el calor y los “solamente” 2.500 mts de San Pedro de Atacama y nos llevamos un susto: según el militar de aspecto carcelario de la aduana, habíamos entrado indebidamente en el país, ya que no contábamos con sello en el pasaporte. Le explicamos todo el trayecto y nos reafirmamos en que se habíamos preguntado en todo momento y que no se trataba de maldad sino de desconocimiento, y tras un rato de sudor y acongoje mientras nos sermoneaba con devolvernos a Uyuni, con la posibilidad de encarcelar al que nos hubiera indicado ese camino, etc., nos sancionó con una cantidad asumible pero dolorosa de dinero. Como solo disponíamos de dólares, gracias a la previsión de Jesús, la cuantía subió de imprevisto, y terminamos pagando de buen grado para salir de allí pitando y olvidar el mal trago. Por supuesto no medio el trámite de cumplimentar ningún impreso ni se emitió ningún recibo por el dinero abonado. Bolivia.
Un par de rampas en tierra de nadie y llegamos a la carretera que baja a San “Peter”, como se referían a ella algunos chilenos. Casi 40 km de asfalto de bajada vertiginosa para llegar a la “civilización” y contactar con la familia tras 4 días incomunicados.