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La Idea que germina
Comenzó como una idea vaga, difusa. Tenía conocimiento de que un amigo asiduo a las alforjas y los pedales iba a realizar el viaje y no era la primera vez que se me ponían los dientes largos, así que sondeé la posibilidad con mucho tiempo de antelación, más como una opción incierta o un deseo que como una certeza; es gratificante comprobar que uno no se ha equivocado. No había plantado esa semilla, pero iba a disfrutar de su fruto.

El viaje original consistiría en partir a finales de septiembre desde Oruro, en Bolivia, rumbo sur, con al menos una incursión en territorio chileno para disfrutar de varios Parques Naturales del norte, de ahí volver a entrar en Bolivia para cruzar el famoso Salar de Uyuni y continuar hacia la desértica zona del Sud Lípez para desembocar nuevamente en Chile, a los pies del volcán Licáncabur, en San Pedro de Atacama. Desde ahí seguirían rumbo sur Jorge y Jesús y Carlos y yo regresaríamos a casa con las pupilas llenas de una naturaleza nada común y, esperábamos, muchas experiencias en las alforjas.
En abril, tras las pertinentes y desquiciantes búsquedas de billetes conseguí cerrar los desplazamientos. En este caso nos moveríamos Carlos y yo desplazándonos a La Paz, Bolivia, para seguir a Oruro, una de las ciudades más importantes a unos 300 km al sur, y reagrupar con los otros compañeros que llegarían desde Santa Cruz de La Sierra, al este.