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El viaje
Los preparativos se iban sucediendo con cierta tranquilidad pero las fechas pasaban inexorables, y cuando me fui a dar cuenta apenas quedaban unas semanas y muchos flecos que cortar. Fueron días algo frenéticos, empaquetando la bici y los bártulos, revisando los pesos del equipaje, viajando ya con la cabeza antes de pisar el aeropuerto… y finalmente llegó el día de la la verdad.
