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Camino de Santiago del Teide, vuelta por el Sur

Camino de Santiago del Teide en bicicleta de montaña

Pues fueron muchos los que en principio se animaron, y de “boquilla" dijeron que vendrían por el sur, de esta manera completar una vuelta a la isla. La realidad fue bien distinta, el camino de ida se nos hizo muy duro y la mayoría cambió de opinión. ¡No me extraña! Pasamos muuucho calor… Subiendo desde Garachico por Las Cruces al Tanque, y luego de ahí al puerto de Erjos, Santiago del Teide, justo el día anterior.

A los que llegaron peor ni me atreví a mencionarles el tema, a los que son más fuertes, y no llegaron tan mal, sí que los incité un poco. Yoel me venía diciendo todo el tiempo: -"a las 20:00 te digo si voy con ustedes por el sur o no", al llegar a Santiago del Teide sobre las seis me dijo directamente que "nanai de la China": que habría mucho calor, que era muy duro… Fue la tónica general de todos a los que se lo propuse y supongo que no les faltaría razón. A priori no sabía cuántos kilómetros eran, por el norte desde mi casa, cerca del muñeco de nieve, ese día fueron 90 km y casi 2.000 metros de desnivel y si coges un mapa, ya sabes… Será bastante más que eso

¿Y quién dijo miedo? Se lo dije a Vigil que en ningún momento dudó en realizar la ruta, además añadió que en FudeNaS habría más calor y que nos serviría de entrenamiento, ¿Estaremos mal de la cabeza? Creo que él está peor que yo... También se apuntaron la pareja Jorge y Thais, ¡Mi madre!, ellos sí que están fuertes. Les advertí que me tendrían que esperar y esperar… Vamos que a veces subiendo voy tan despacio que me cuesta mantener el equilibrio, pero eso no hizo que Jorge se arrugara e insistió en que iríamos todos juntos.


Al día siguiente, desayuno, café en un bar de Santiago del Teide con toda la grupeta y despedida. Nos deseamos suerte, llenamos los bidones, en mi caso el Camelback y nos tiramos a la aventura.

Al principio rodamos unos kilómetros muy cómodos todos en bajada, vamos que no dimos un pedal en 10 km. Luego al llegar a Tamaimo viene una subida de unos 3 km que quieras o no me empieza a hacer mella porque intento mantener el ritmo de mis compañeros de ruta pero que va, la subida siempre pone a todo el mundo es su sitio.

Una vez acabada la subida la carretera es muy cómoda de rodar, hace fresco, casi siempre en ligera bajada y casi sin coches, de hecho, pillamos un buen tramo cerrado, sólo dejaban pasar a los vecinos y a nosotros, ¡Claro! No podíamos ir por la alternativa que era la TF-1.

La verdad es que esa parte se disfruta mucho porque vas pasando por los pueblos. Es domingo por la mañana, actividad casi nula. Gente a desayunar, o a por el pan y nosotros dejándonos caer con nuestras bicis mientras el aire fresco de la mañana te va dando en la cara. Supongo que ésta es una de las razones por la que nos gusta tanto este hobby, esa sensación de libertad, ese disfrute por momentos no tiene precio, para todo lo demás, la mastercard.

Llegados a Adeje, se acaba la carretera general y debes empezar a buscar camino evitando la autopista por las vías de servicio, ahí fue fundamental contar con Jorge que se conocía la zona. Cruzamos hasta por un puente peatonal dónde aproveché para sacarnos algunas fotos. Me gustan estos puentes, cuando voy con el chiquillo con sólo 10 años le encanta pasar por ellos.

Llegamos a Los Cristianos y tocó subir la montaña de Guaza, ahí nos pasa un ciclista de carretera y Jorge se pica con él, le venía bien apretar un poco, ir todo el rato con lentos como yo, terminas necesitando “quemar la carbonilla”.

A partir de ahí algo de llaneo por la zona de Cho hasta Las Chafiras, nublado y buena temperatura, todo el mundo anunciando calor y estábamos teniendo un clima ideal. Allí mismo paramos para comer, me copié de Jorge y me mandé un croasant de pollo con ensalada y piña… ¡Qué fresquito y qué bueno estaba!

Nuestro guía propuso subir por Buzanada en lugar de ir por San Isidro como nos había propuesto Ernesto. Thais había tenido una mala experiencia por ese camino con subidas, bajadas y mala carretera, así que decidimos empezar a subir hacia Granadilla.

Más arriba me quede algo rezagado y llegué a un cruce dónde se podría ir hacia Aldea Blanca y Buzanada o seguir a San Miguel y Granadilla, dudé porque nos los veía, y como Jorge nombró tanto Buzanada, Buzanada, Buzanada pues…nada que seguí hacia Granadilla con la duda de si mis compañeros habían ido por otro lado. Los intentos de comunicación por móvil fueron inútiles así que seguí hacia Granadilla.

Conseguimos hablar por teléfono y después de dos horas rodando sólo por fin nos vimos en El Río. Hablando con mis compis de tuta de la confusión resultó que no hice ningún desvío, todos hicimos la misma carretera, pero el lío nos hizo pensar que no era así. Además, lo he comprobado con el track de Strava de Vigil, hicimos la misma ruta. Por cierto, Jorge, Buzanada está más atrás, justo en la carretera que te lleva a Valle San Lorenzo, lo que justifica menos mis dudas pero yo creo que la sangre no llega bien al cerebro cuando llevas tantos kilómetros en las piernas… Vamos que subimos por la TF-65, luego TF-647 y luego TF-64 hasta Granadilla.

A partir de ahí los kilómetros ya pesaban, el culo duele, no sabes cómo ponerte en la bici, quedaba aún mucho y esa parte sí que es más conocida pues es normal hacer rutas por la carretera del sur, así que te vas haciendo una idea de las subidas que quedan y de lo duro que será. Decidimos parar a comer en Arico el Viejo. Nos llegan noticias que el grupo del norte ya llegó a La laguna y nosotros con más de 55 km por delante. No importa, menudo bocata de pan pita tenía delante mío, estaba riquísimo… ¿Y el barraquito?... De lujo, con los trocitos de café, con canela, ¡Uf! Todo de chillout, hasta que vimos la cuenta…Ños… ¡Fuerte clavada!

Arrancamos, en cuanto aparecen las subidas, me quedo atrás, como siempre, pero a lo lejos veo a Vigil parado. Me pongo a su lado y lo veo liado con la cadena. Sufrió una chupada y se trabó de tal manera que no la podíamos soltar. Optó por sacar el tronchacadenas y la abrió, de esa manera sí que soltó. Al intentar poner el bulón, ¡Zas!, rotura del troncha. ¿Y ahora?... Bueno saqué el mío y terminó la faena. ¡Menos mal! Vigil me dijo: -“Ya me veía llamando a la asistencia para que me vinieran a recoger”.

A partir de ahí, no sé qué me pasó, pero empecé a tirar más fuerte, no sé si serían las ganas de llegar, el caso es que conseguía seguir bien el ritmo de Vigil. Él, al contrario, empezó a sufrir más de la cuenta, la rotura del troncha no le sentó nada bien :).

Jorge y Thais se habían adelantado, Jorge nos esperaba en Fasnia y Thais tiró para el bar Agrícola. Llegados a Fasnia, Jorge se unió a nosotros de nuevo, mi Garmin ya marcaba los 100 km ¡Casi nada! Seguí tirando fuerte, es cuando mejor iba, tirando en todas las subidas y corriendo en el llano, no sé, será que necesito 100 km para calentar.

Thais le comenta a Jorge que tira para La Laguna, está cansada y quiere llegar a casa. Lo entiendo, son muchos kilómetros y si puedes ir más rápido, en una ruta tan larga se te hace eterno ir tan despacio. Aunque en ese momento de despacio nada, pero habíamos perdido mucho tiempo con la avería.

Nos enteramos que Gustavo acompañaría a Thais desde Las Caletillas a la Laguna, yo creo que se quedó “mordido” por no hacer la ruta con nosotros. Y Javier, otro al que no le faltarían ganas de hacer lo mismo, venía al encuentro: Sin cervezas, ni comida, ni nada… Sólo a darnos compañía y ánimos, bueno, algo es algo.

Nos lo encontramos y se sorprendió de la velocidad que llevábamos, sobre todo porque se auguraba que a esa altura iríamos arrastrándonos, sobre todo yo, y nada de eso, iba tirando fuerte, tanto es así, que luego mirando el Strava resulta que batí un montón de records personales, o segundos tiempos, o terceros. Me hizo gracia el record personal del segmento de “Subida de Fasnia hasta arriba” ya que es dónde Sergio, a modo de broma, me comentó que por ahí iría muerto. La verdad es que me sentía bien, con ganas de llegar, pero la tarde estaba fresca y quería disfrutar.

Paramos en el Agrícola para recoger agua y poco más, Jorge dijo que se nos hacía de noche, metiendo prisa, así que para arriba. Nos quedaba un tramo duro, la famosa subida de Las Tablas, allí ya iba en modo automático, ni hablaba, vamos que hasta Jorge entre tanto silencio dijo que contáramos un chiste, pero me parece que ya yo no estaba para chistes. Además, tenía en mente, el famoso muro de la Gallega; una rampa corta pero del 20% que su “put mad...” perdón… Es que la suelo coger cuando salgo por el sur y cada vez que la subo veo el corazón correr delante mío. Esta vez cuando llegamos fue peor porque pegaba viento fuerte de cara. Yo me agachaba, no sé si para esquivar el viento o para que la guadaña no me alcanzara. Cómo dijo un canarión subiendo Guachislava: - “Vi al de la guadaña en la curva”. Pues yo vi la guadaña pasando por encima de mi cabeza.

Ya de ahí hasta la avenida de Los Majuelos no quedaba nada, pero el viento huracanado nos fastidiaba el paseo. Me despedí de Vigil y Jorge, ellos aún tenían que llegar a La Laguna, pero yo me quedaba por allí porque de allí salí el sábado por la mañana. Por los mensajes de guasap, sé que llegaron todos bien.

Menudo tostón que he soltado pero claro, ¿Cómo se resumen más de 10 horas de bonita experiencia en un poco de texto? Igual se podría resumir diciendo que hubo sufrimiento, compañerismo, risas, vacilón, sudor y satisfacción. Toda una experiencia que seguro, a pesar de los dolores de piernas, queremos repetir.

¡Ah! No se olviden de disfrutar,
Doming

 

 

Comentarios

Imagen de Sergioarafo

Grande Domingo, fui uno de los  que pensé que quizas fuera demasiado para que la acabaras. Pero lo hiciste, muchas felicidades a ti y al resto de compañeros. Yo me raje, mucha carretera para la poca fuerza que tenia. un abrazo