Parte 1:Y te preguntarás, ¿a que viene esto?. Pues bien, todo empezó con un “no hay huevos” seguido de un “agárrame el cubata”, sí lo sé, frases muy típicas que hemos usado para apuntarnos a un bombardeo de carreras que nos esperan en los próximos meses como fue ya la Fuertebike en Fuerteventura, y como serán La Volcano en La Palma, la ciclo de La Gomera, La Ultrabike en Lanzarote, y Fudenas nuevamente en Fuerteventura.

Antes de nada, te pongo en contexto: A 4 de septiembre del 2021, se presentó la Fuertebike. Se trata de una carrera en el norte de la isla de Fuerteventura. Tiene sus dos modalidades, la corta siendo ésta alrededor de 50 kms y la larga, nada más y nada menos que 80 kms. Consta de poco desnivel positivo, sin embargo, no la hace menos complicada ya que hay que mantener una velocidad media alta por lo que es bastante explosiva. Es una carrera donde puedes rodar viendo los paisajes desérticos, bordeando el litoral de la costa, y luchando contra el viento y calor.

Bueno, ahora sí, vamos con las presentaciones:

Carlos, 38 años. Aficionado en coleccionar bicicletas de todo tipo, que ha decidido hacer la carrera larga con su fatbike. Tiene su mérito rodar con ese lastre durante 80 kms, también hay que decir que ha sido producto de su cabezonería ya que le hemos picado bastante con que no sería capaz.

Federico, 63 años. Su principal propulsor es la cafeína. Él como el resto del equipo hicimos la ruta de 50 kms. Gracias a él pudimos transportar todas las bicicletas. Y Jose, 47 años. El manitas que arregla cualquier incidente. Es capaz de utilizar cualquier objeto para arreglarte un pinchazo, quien dice uno, dice dos, incluso tres. Ponlo a prueba, te sorprenderá.

Domingo, 52 años. Es el GPS en persona, cuenta con la gran capacidad de ubicarse bien, saberse todas las rutas, y la dificultad que conlleva. ¡Ah! También sabe contar chistes malos. Javier, 47 años, es uno de los más veterano del club. Ha lidiado con el tedioso tema de gestionar las camisetas y equipaje de PlatoChico.

Jonay, 40 años. Al que apodamos como “leyenda”. Ha tenido tan mala suerte de romperse la muñeca justo antes de la carrera. Sin embargo nos ha servido como apoyo moral en ésta ya que nos acompañó en el viaje. Y por último, yo, Laura, 30 años. Soy experta en quejarme de que no tengo cierto nivel, pero luego organizado todo y me apunto a un bombardeo al cual arrastro al resto conmigo por la sencilla razón de que no me gustaría morir sola.

El viaje comenzó el viernes día 3 de septiembre, un día antes de la carrera. El gran Federico iba en el barco de Naviera Armas con todas las bicicletas. Y sí, antes de que digas nada, somos malas personas por mandar al único jubilado en barco con todo el percal. Pero tiene su explicación, como el resto trabajábamos, teníamos que salir en avión ese mismo día por la tarde. El tema de la logística, como te podrás figurar, fue un auténtico desastre y tanto es así que me está constando redactarlo. Salimos a eso de las 7 de la tarde, todos con nuestras camisetas de PlatoChico, menos Carlos. Como era de esperar una bronca le cayó.

Mientras nosotros viajábamos, Federico buscaba los dorsales en Corralejo ya que no podíamos llegar a tiempo. En el aeropuerto nos esperaba mi madre, y Federico el cuál venía de regreso para buscar al resto. Para ubicarles en el tiempo, el trayecto del aeropuerto hacía Corralejo es de unos 40 minutos. Jonay fue el encargado de buscar el alojamiento, en medio del centro del pueblo, y yo me quedaba en casa de mis padres. Para no aburrirles, acabamos comiendo a eso de las 11 de la noche, y acostándonos a dormir a eso de las 12 ya que entre pitos y flautas y una mala gestión se nos hizo bastante tarde esa noche antes de la carrera. Llegado el día, los nervios afloran, y las risas eran evidentes. Como siempre, nosotros entre broma y broma el cachondeo asoma. Preparativos de última hora, bridas mal puestas, coche para aquí, coche para allá, pero conseguimos estar en el punto de salida. La carrera sale justo al lado del campo de fútbol de Corralejo, fue bastante fácil de localizar.

Como seguimos en tiempo de pandemia, dividieron el orden de salida en dos tramos temporales. Primero salíamos los de la ruta corta a las 9.00 am y posteriormente a las 10.00 la ruta larga. En definitiva, todos salíamos juntos menos Carlos que iba con su fatbike a la larga, el muy cabezota.

La salida tuvo unos 15 minutos de retraso, fue suficiente para parar el garmin mientras realizábamos la espera para poder salir. Mi frecuencia cardiaca era tan elevada que en cuanto paré el garmin en esta espera, éste me aconsejó que hiciera 48 horas de descanso, ¡y sin dar pedales!. Finalmente salimos casi al final del pelotón, y siempre adelantando con mucho cuidado para no provocar ningún accidente. El resultado fue que nos acabamos dispersando, Jose y Federico por un lado, Domingo y Javier por otro, y yo por mi cuenta, en la republica independiente de mi mundo. 

La carrera pasa por mi pueblo Lajares, por si no lo he dicho ya, soy una majorera afincada en Tenerife. En mi pueblo, nos estaban esperando y animando con pancartas amigos, familiares y Jonay. A grito pelado estuvieron animando, no solo a nosotros, sino a todo aquel que pasara, tienen el corazón muy grande.

El primer avituallamiento estaba en Cotillo justo después de una bajada algo tendida, merecía la pena pararse a recoger agua por el calor que hacía. Este año hubo un segundo avituallamiento justo después del pueblo costero de Majanicho, y antes de la subida para regresar a Corralejo, detalle que estuvo bastante bien ya que hacía un calor impresionante. La salida de Carlos no fue tan agradable puesto que pinchó esa rueda enorme, con tan mala suerte que perdió el pelotón. Sin embargo, después de que nuestros amigos y Jonay consiguieran socorrerlo y pudieran ubicarlo nuevamente en la carrera, siguió como un campeón hasta llegar a meta. Hay que decir que mientras él pasaba penurias para volver a pillar el ritmo, nosotros, ya estábamos en una cofradía atiborrándonos a pescado y marisco. Para cuando llegó a meta nosotros estábamos terminando de comer, con lo cual en su llegada no había nadie esperándolo. Sí, así de capullos somos. Hay que añadir que algunos fueron en su búsqueda después. Con la siguiente foto queda reflejada la cara de circunstancia de Carlitos:

Bueno, en resumen, un día bastante caluroso, pero poco ventoso para ser Fuerteventura. El gran Federico quedó segundo en master 60, y el resto, aunque no subiéramos al pódium, dimos lo mejor que pudimos y disfrutamos como niños chicos.

La organización estuvo genial, y cumpliendo siempre con el protocolo Covid, y tanto fue así, que al finalizar la carrera nos daban una bolsa con comida. Dentro había tortilla, pasta, un dulce, y hasta 4 tipos de bebida distinta para recuperar el cuerpo.

Desde aquí queremos agradecer a todo el apoyo moral que tuvimos durante toda la carrera, a familiares y amigos que estuvieron presentes, sujetando pancartas creados por ellos mismos, gritando a grito pelado, y dando mucho ánimo. Gracias por asistir a mi madre Angélika, mi hermano David junto a su pareja Cristina y mi sobrino Mateo; a nuestras amigas Cristina, Miriam, Carmen, Sonia y sus dos hermanos Rubén y Sergio; a mi amiga Marta, y mi vecina Luzma, gracias por darnos esa energía y vitalidad, ya que han sido propulsores para que disfrutáramos de la carrera de la mejor manera.

¡Esto ha sido todo por hoy! Te esperamos en las siguientes partes donde te explicaremos cómo nos ha ido en las próximas carreras