En vistas que los chicos rápidos del grupo habían quedado para hacer una ruta larga, decidí quedar con algunos compañeros para hacer algo más "light". El encuentro para las dos rutas en Aguamansa sobre las 7:00. Allí aparecieron Yeyo, Sebas y Guille que harían la ruta disparatadamente larga y Jorge, Javi y yo para hacer algo más a nuestro nivel.

Después de los típicos comentarios de algunos: -"¿Quién me manda venir aquí? -Con lo bien que se está en la cama...y alguna foto de rigor nos pusimos en marcha con las luces de nuestros focos camino a la pista de Benijos por dónde cruzaríamos el valle de La Orotava.Ya en los primeros metros, los chicos de la ruta larga se desaparecieron a un ritmo endiablado. Nosotros seguimos a ritmo chusquero hablando de lo bonito del cielo y que casualmente se veían los 5 planetas visibles por el ojo humano, hecho relevante si tenemos en cuenta que no volverá a ocurrir hasta dentro de unos 10 años.

Ya esa era una bonita razón para salir tan temprano y la otra, sin duda, es esa sensación de los primeros rayos de sol que te calientan la cara. Se agradecen después de haber sentido el aire frío de la mañana, y encima ¡No nos cuesta dinero!. Una vez llegados a Chanajiga, seguimos por Pino Llorón, pista de los Campeches y enseguida giramos a la izquierda como si fuésemos a la Pista de Viera y Clavijo pero en lugar de eso seguimos hasta el cruce que nos llevaría a Pesa de La Catalina.

Ese fue mi primer -¿Ya estamos aquí?. No sé...no subimos rápidos pero se me hizo corto. Luego seguimos por Vistas de Sánchez hasta Piedra de Los Pastores y de nuevo tuve esa sensación ¿Ya estamos aquí?

En la choza de Piedra de Los Pastores, o en lo que queda de ella, una pequeña parada para reponer fuerzas y sacar algunas fotos. Luego seguimos por la pista Tomás el Guarda que sube en zigzag hacia La Fortaleza.  Mientras subíamos Javi sintió que el cuádriceps no iba bien, se había mandado un bailadero el día anterior y andaba tocado. Pues nada, tocaba poner platochico y piñón grande, haciendo honor al grupo. Subimos a ritmo chusquero, muy tranquilos hasta llegar al mirador que los forestales han preparado, hasta han colocado un banco de madera. Allí las vistas al valle son preciosas.

Continuamos y al poco tiempo tuvimos que quitarnos la ropa de abrigo, ya el sol empezaba a calentar más de la cuenta y es que hacía un día radiante. Llegamos a La Fortaleza y por tercera vez en la ruta tuve esa sensación: -¿Ya estamos aquí?...Paramos y pedimos a dos caminantes que venían de vuelta de la famosa ruta 0-4-0, que nos sacaran las típicas fotos en La Cruz de Fregel. 

Continuamos a pie, al tratarse de Paque Nacional no podíamos hacer la ruta montados así que hicimos un kilómetro de Desmountain Bike. Unos metros después de coger el sendero 25, ya aparece una pista y pudimos bajar montados. Esta zona estaba muy rota, de hecho casi me la pego cuando mi rueda delantera tropezó con una piedra grande y me sacó del trazado, según Jorge que iba justo detrás, no me la pegué de milagro. Llegados a la carretera TF-21 subimos por ella unos 2 km hasta El Portillo, allí nos mandamos unos donuts tamaño familiar, había muuuucha hambre.

Nos pusimos en marcha hacía Corral del Niño, sólo quedaban 5 km y 300 metros de desnivel para terminar, bueno para acabar de subir, luego ya era todo bajada. Pues llegados a Corral del Niño, ¿Ya estamos aquí?...No sé...se me pasaban los kilómetros sin darme cuenta, estaba disfrutando como un enano. Quizás por el ritmo muy llevadero, o quizás por la buena compañía, el caso es que tenía ganas de más. Creo que si no llega a ser porque habíamos quedado para almorzar, nos hubiéramos tirado a Vilaflor por la pista de Arico. Supongo que es lo que tiene hacer lo que más te gusta, lo disfrutas y quieres más.  Nos lanzamos hacia Ramón Caminero, al principio la pista es de picón y hay que tener mucho cuidado si tocas mucho el freno se te va la bici como nada. De hecho, nos paramos Jorge y yo a esperar a Javi y resulta que había sufrido una pequeña caída (nada importante pero tenía sangre en rodilla y codo del raspón que se mandó)

Una vez en la carretera ya nos lanzamos a tumba abierta hasta los coches, eran sólo unos 9 km y en bajada. Ya durante la comida los compis de fatiga me hicieron llegar las felicitaciones por lo variado y diferente de la ruta: paisaje de Las Cañadas, la Fortaleza, un poco de todo.... Me alegro que les gustara, yo también lo pasé genial y espero que se repita. 

Por cierto: aun no sabemos nada de los muchachos que fueron hacer la ruta vuelta al Teide superextreme, espero que publiquen sus peripecias.

Nos se olviden de disfrutar, un saludo a todos.

Domingo