Crónica realizada por nuestro compañero Domingo...

Por segunda vez consecutiva hemos conseguido cuadrar la salida y llegada con los chicos fuertes del Grupo, esta vez se salía de La Caldera, ellos subían El Corral del Niño y muchas cosas más y los de Piñongrande nos íbamos a El Lagar.  En esta ocasión nos apuntamos: Adela, Arianna, Magaly, Juanmi, Jorge, César y yo (Domingo). Había algo de frío, normal por lo temprano, sobre todo bajando La Caldera hacia la Pista de Benijos.  Ya camino de Chanajiga tuvimos que quitarnos el abrigo porque empezaba a cascar el sol de lo lindo. Aunque se intuía que iba a ser un día caluroso, a esa hora, la mezcla del mar de nubes, el sol brillando y lo bonito paisaje hizo que mereciera la pena el madrugón.

La primera incidencia fue pronto, Adela sufrió un par de caídas tontas porque tenía problemas con su cala, en seguida nos dimos cuenta que probablemente la llevara suelta, efectivamente, César, muy caballeroso como siempre, se prestó a ayudar y con su habitual habilidad para estos problemas se puso a solucionarlo. A la cala le faltaba un tornillo pero por suerte yo llevaba uno de repuesto. Arreglado el problema pasamos por Chanajiga pero no paramos hasta la caseta de Risco Miguel, allí las vistas al valle no nos decepcionaron: en dos palabras "im-presionantes".

Después de las fotos y algo de picar, seguimos camino a Pino Llorón, por cierto, cuidado por que hay un derrumbamiento importante y hay que echar la bici al hombro para pasar. Ya subiendo por la pista Los Campeches se nota el nivel de forma de los integrantes, me sorprendió el buen ritmo de Adela porque subía como un tiro, entonces me fijé que llevaba puesto un maillot que pone "Quebrantahuesos 2014", está claro, para realizar esa ciclo tienes que entrenar mucho, ¡Felicidades Adela!

En seguida llegamos a la pista que baja a zona recreativa de La Tahona, es una auténtica gozada, un larga bajada que culmina con unas vistas a la zona norte de la isla preciosas. Todos disfrutamos muchos de ese tramo, completamente en sombra y la pista muy llevadera casi siempre en pequeño descenso.

Llegamos a El Lagar y allí hicimos la parada de rigor para los bocadillos, plátanos frutos secos, incluso para las pastillas de goma de Juanmi.

Ahora empezaba lo más duro, la subida a Barranco La Arena, ya que el sol pegaba con ganas y es una pista con pocos refugios de sombra. Arianna, a pesar del sufrimiento por el esfuerzo se portó bien, nos es una ruta nada fácil para una recién iniciada. Y de Magaly qué decir, le aconseja Juanmi ponerse de pie para soltar músculos y ya no se sentó hasta llegar arriba, ¡Menudo nivelazo!

Continuamos nuestro ascenso por Vistas de Sánchez hasta Pesa de La Catalina dónde Jorge nos tuvo que abandonar, acaban de tener un bebé como quien dice y ha podido organizarlo con su mujer para salir, ¡Chapeu! Si escribes un libro de cómo hacerlo seguro que será un best-seller.

Llegados a la mesita de Viera y Clavijo hicimos otro pequeño descanso sobre todo para admirar el maravilloso paisaje que teníamos delante, ¡Qué suerte vivir aquí! 

Continuamos por la misma pista, es la primera vez que la paso sin neblina, hasta llegar a la galería de Almagre y Cabezón que da nombre a la pista por la que cruzamos el valle de La Orotava de vuelta a La Caldera. César también se adelantó para que su mujer no estuviera sola pero ya no tardamos porque sólo quedaba bajar la Pista de Chimoche, dónde casualmente apareció Sergio y compañía, menuda sincronización sin haberla preparado. 

Comida ya en el bar de La Caldera y por supuesto el gofio escaldado que tanto me gusta.