Nos levantamos a las 7:00am, ha llegado el gran día, nos invade una sensación  agridulce sabemos que hoy si no pasa nada será nuestro ultimo día de etapa y por consiguiente termina nuestra aventura.

Comenzamos a pedalear en la misma tónica de todos los días, de nuevo empiezan las pistas de pura subida y bajada, un rompe piernas. Llevamos 19 km y a lo lejos se divisa una nube de las que te dan miedo, de esas que sabes que te van a caer encima y vas a quedar empapado. Al llegar a Pedrouzo nos cae la del pulpo, menudo palo de agua, de nuevo decidimos seguir por carretera, las pistas se estaban convirtiendo en auténticos barrizales, pedaleábamos como podíamos, llegamos a la subida de la zona del aeropuerto y rodeamos su perímetro, por aquí la lluvia nos da un poco de tregua  y decidimos volver al camino de tierra.

La llegada al monte do Gozo fue muy emocionante, ya estábamos casi a punto de terminar la ruta, veíamos a lo lejos Santiago de Compostela, es indescriptible la sensación de ver casi culminado nuestro camino.

A medida que avanzamos mi compañero y yo tan solo nos mirábamos, no hacia falta ninguna palabra para saber la emoción que sentíamos al ir atravesando el casco viejo de la ciudad, nunca olvidare la entrada por ese túnel donde un gaitero hace sonar su gaita,y al son de la melodía celta entramos en Plaza del Obradoiro.

Ante nosotros la Catedral, el cansancio ha desaparecido, no importa la lluvia que nos ha caído, los fallos mecánicos y contratiempos ahora son puras anécdotas. Solo   sentimos  gran emoción y alegría, nuestro esfuerzo ha sido recompensado, alguna lágrima se nos escapa junto a un gran abrazo que nos damos Ignacio y yo, mi compañero de fatigas, de risas durante este viaje.

Solo puedo decir a todos aquellos que quieran embarcarse en esta aventura que merece la pena el esfuerzo, el camino de Santiago NO es un  camino de rosas, pero cuando lo finalizas te da algo que solo podrás sentir si te decides hacerlo.

Gracias a todos los que han estado apoyándonos durante estos diez días, a nuestras familias por dejarnos vivir esta experiencia que también han  formado parte de este camino.