Amanece en el parque Fuente Pedro, he de reconocer que la noche ha sido fría, en ocasiones me despertaba y veía claridad, pensaba que estaba amaneciendo, pero no era así, teníamos luna llena y el cielo estaba tan despejado que iluminaba todo. Después de un desayuno justito, procedemos a montar todo en nuestras bicicletas y continuar nuestro camino, la niebla que ayer nos perseguía ha desaparecido y ante nosotros aparece el Teide, grandioso, enorme frente a nosotros.
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